Jardines del Campo del Moro. Madrid



Por la Cuesta de San Vicente se deslizan los Jardines del Campo del Moro hacia el río Manzanares. En el calor de agosto el aire que respira la vegetación nos invita a entrar. Situado a espaldas del Palacio Real fue, según la tradición, lugar de acampada de las tropas árabes que sitiaron Madrid en 1109. Fueron Jardines reales mucho después cuando ya estaba construido el Palacio. Los jardines salvan un pronunciado barranco que se extiende desde la contra fachada del Palacio hasta el río Manzanares y es un pulmón de veinte hectáreas en el medio del asfalto de Madrid.

Caminar por los senderos, entre los canteros y bosques te lleva a las historias románticas de reyes y doncellas. No sorprendería encontrar una dama con sombrilla de encaje blanco llegando por el Camino de los Mosquitos o al Rey consultando a los asesores de caminata por la vía de las Minas. El aire liviano se cuela entre el follaje y dibuja luces con la llovizna de los regadores. El Chalet de la Reina, apenas un reposo en la profundidad del bosque, nos cuenta de reales escapadas. Estatuas, canteros, escaleras y una gran verja que corta el paso nos van llevando por paseos con curvas que se alejan de la Madrid del siglo XXI.

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