Se trata de escribir, a mano, durante al menos media hora, dejando absoluta libertad a la mente. Es decir, empezar a escribir todo lo que viene a la cabeza. No hay que preocuparse por escribir frases lindas, ni gramaticalmente correctas, sólo escribir y escribir. Por momentos predomina un sentido y pueden aparecer listados los sonidos que se escuchan o los olores que se sienten o simplemente palabras sueltas. Muchas veces cuesta llegar al estado de escritura automática por eso se recomienda no menos de 30 minutos porque la estructura mental, el stress y el propio oficio de escritor siguen controlando y conspiran contra la liberación de la mente. Van a aparecer frases como "no sé que escribir", “no me sale nada” pero luego, en la medida que el tiempo avanza van surgiendo frases interesantes, asociaciones sugestivas, a veces surrealistas
No hay que tirar nada de lo escrito. A veces surgen palabras, asociaciones o imágenes que pueden ser motivadoras o evocadoras o simplemente hermosas.
Como lo mejor para escribir es justamente escribir, este método “casero”, que luego me enteré que ya estaba patentado, es un buen “desbloqueador”. Como el calentamiento de los deportistas, digamos.
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