Sábado en Ibadan




A bala suprimieron el problema de los hoodlums que asolaban Ojo axis, por lo tanto cesó la alarma para ir a la ciudad.
Los mismos lugares, la misma congestión, la misma gente ruidosa y colorida. Pero el loco que vivía sobre la basura bajo los arcos de acceso no estaba, ni está la basura. Tampoco los muchachos rellenando los baches a pala en el puente que parecía no resistir más. Sí estaban los que lavan autos al borde del camino y los jóvenes con polio en carritos estirando los brazos hasta las ventanillas entre los autos. Algo ha mejorado el ambiente. Apenas. Un camión con trailer se desbarrancó de trompa entre el pasto al lado de la ruta y la muchacha que nos vendió los choclos tenía ocho meses de embarazo y no más de 14 años.
Este año el jardinero se llama Víctor y es musulmán y me hace reverencias con las manos juntas sobre el pecho.

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