De necesidades


Hablamos con el jefe de los servicios de mantenimiento del IITA, un hindú musulmán muy serio, que como está terminando el Ramadán con su mes de ayuno habla bajito porque se siente débil (él lo dice). Nos explicaba lo difícil que es para él hacer que los nigerianos trabajen con calidad y eficiencia. El decía: "a veces pienso que acá toman la única comida del día y luego están preocupados por cargar el celular, por cargar la linterna, por llevarse agua potable. Y entonces no se concentran en el trabajo y no rinden". "A veces pienso", repitió, "que ellos están físicamente presentes, pero su mente no está acá".

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