Hoy gran barata gran. Los shopping descuentan el IVA y una de las tarjetas de crédito más populares le suma otro adicional: 36% en total. No da para dudar al comienzo de temporada y con dos hijos en los veintes. Pero, como me ocurre a menudo, me olvido de las cosas que detesto y menosprecio el efecto que me producen. Las multitudes no son para mí. Me marean, sobre todo si están compuestas por mujeres que convulsivan frente a una mesa de saldos o alcanzan un orgasmo con el descuento en la boleta. No puedo integrarme a la manada, siento que pertenecemos a especies distintas.
No quedó otra que huir... pero no sin antes proveer de atuendos completos a mis dos vástagos.
Entiendo lo del amuchamiento porque desde que vivo en Uruguay me pasa a menudo cuando voy a lugares donde hay mucha gente -que suele ser en todos lados, menos acá ;)- pero no te voy a negar que los orgasmos boleteros suelen ser deliciosos, muy estimulantes y generadores -si das en la tecla con lo que te comprás- de otros posteriores que ni te cuento!!!! jajajjaa. besos.
ResponderEliminarYo digo de Paysandú a Mdeo es una multitud. Ni hablemos desde MArcos Juárez.
ResponderEliminarY bue', sobre gustos...