346. Tlaloc o la energía que purifica.

Anoche exorcizamos el 2010. En familia invocamos a Tlaloc, dios de la lluvia para los aztecas, para pedirle alivio del calor y las malas ondas.
Desde las primeras gotas bailamos en su honor incitándole a continuar. El aguacero fue tomando fuerza estimulado por siete pares de brazos que se elevaban llamándolo. Hicimos en el jardín un círculo de manos juntas y dejamos que la lluvia corriera sobre nosotros y nos limpiara y nos lavara.
Creamos una tormenta perfecta con relámpagos que brillaban en las gotas de lluvia y truenos que estremecían las cortinas de agua que se desprendían de los árboles y los techos.
Bailamos en la noche hasta que la energía cerró el círculo y nos fuimos a dormir revividos.

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