328. La vida es aquello que pasa... (tercera parte)

Algunos cuestionamientos me han llegado del post anterior. No sé si para aclarar u oscurecer, pero intentaré explicarme. Creo que con los años vamos perdiendo la capacidad de hacer cosas nuevas. Es más, nos reforzamos en lo que sabemos hacer y por ese camino profundizamos porque nos sentimos seguros. No es una reflexión estrictamente pesimista. Es casi una observación de supervivencia. Nos aferramos a lo que sabemos hacer y vamos dejando mucho de lo que a los 12 o a los 15 nos apasionaba o nos interesaba. Y no lo intentamos más, pero lo añoramos y asoma de vez en cuando. O ni asoma y persiste en un malhumor sin sentido. A veces son las circunstancias de la vida, pero otras es ese aferrarse a lo conocido, es no atreverse.
Una compañera de trabajo me contó que una vez el hijo trajo como deber preguntarle a la mamá una frase que la describiera y ella respondió: que no me gusta cambiar. No tenía 40 años en ese momento.
A mi me resulta muy difícil vivir sin cambiar, en este mundo y en este tiempo. Y celebro la capacidad de la gente que puede cambiar, adaptarse, aprender cosas nuevas a los 35 o a los 80.
O sino están los románticos, que como dijo Joni Mitchell y Gustavo trajo a colación, "terminan aburriendo a alguien en un viejo bar" ... o desde un blog.

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