Las ganas de escribir vienen escribiendo, dice Liliana Hecker

y yo lo retomo de Carmen Simón mi querida maestruli. En estas épocas de tremenda sequía, que empezó hace un tiempo como un espaciamiento de las lluvias de la inspiración y que hoy se ha instalado sin divisar ni una nube en el cielo, viene bien releer este texto. A pies juntillas y ¡a escribir!
"Las ganas de escribir vienen escribiendo. Es inútil esperar el instante perfecto, aquél en que todos los problemas del mundo exterior han desaparecido y sólo existe el deseo compulsivo de sentarse y escribir: ese instante de perfección es altamente improbable. En general, uno se sienta a escribir venciendo cierta resistencia (salir del estado de ocio no es natural), uno oficia ciertos ritos dilatorios, uno, por fin, con cierta cautela, escribe. Y en algún momento descubre que está sumergido hasta los pelos, que los problemas del mundo exterior han desaparecido, y que no existe otra cosa que el deseo compulsivo de escribir".

Comentarios

Publicar un comentario