290. ¿Para quién escribo?

En una entrevista de radio, el otro día, me preguntaron si pensaba en el lector cuando escribía y  contesté que sí. Aclaré que pensaba en mi como lectora y en lo que a mi me gustaría leer. Y me quedé pensando, porque en realidad no sé en quien pienso cuando escribo. 
Luego encontré algunas referencias que comparto:
Horacio Quiroga, en El Decálogo del perfecto cuentista" dice : "No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento."; expresión que obtiene el apoyo de Cortázar en Del cuento breve y sus alrededores , donde dice que "La noción de pequeño ambiente da su sentido más hondo al consejo, al definir la forma cerrada del cuento, lo que ya en otra ocasión he llamado su esfericidad; pero a esa noción se suma otra igualmente significativa, la de que el narrador pudo haber sido uno de los personajes, es decir, que la situación narrativa en sí debe nacer y darse dentro de la esfera, trabajando del interior hacia el exterior, sin que los límites del relato se vean trazados como quien modela una esfera de arcilla". Y desde el anonimato de internet, un desconocido escritor propone: Mata de una cuchillada certera a tu lector interno. Puedes estar segura de que es un tipo envidioso y mediocre, y un enemigo declarado de toda circunstancia (auto) gratificante".
A ver si entendí: mato, entonces, a mi lector interno, no pienso más que en el pequeño ambiente del propio cuento y trabajo del interior hacia el exterior. ¿Y en el medio que pongo?. Me responde Ricardo Palma: "¡Ese es el cuento! Hay que poner talento". 

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