Ya están los jardines podados y floridos, las luces adornando árboles y columnas, las sillas y mesas limpias y renovadas con manteles y velones. Cada familia resucita el pedacito de intemperie que le tocó.
Pero diciembre despunta caprichoso. Ayer, 40 grados y sudores. Hoy el cielo gris trajo un viento que levantó en torbellino hojas, papeles y bolsas. Las soleras dejaron piernas al aire, las sombrillas desflecaron las terrazas, los Papá Noel perdieron los gorros. Se vino el frío. Habrá que pensar un plan B.
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