Suite francesa. Irène Nemirovsky


Esta es una novela curiosa y conmovedora, pero no por la novela en sí, que es buena, sino por la historia de la autora que rodea a la novela  y que es parte de ella.
La novela tiene dos partes: una refiere a los días previos a la invasión alemana a Paris, en 1940, donde se presentan las historias y perfiles de distintos personajes que afrontan esas circunstancias con diferentes estrategias, pero todos con incredulidad.  La segunda parte se concentra en algunas de las historias anteriores para narrar la relación entre los vecinos de un pueblo rural y los invasores. Se vislumbra cierto desmoronamiento ético, cierta complacencia, aunque quedan algunas reservas de coraje. La novela termina donde no parece que debiera haber un final y esto se engancha con la historia de la autora que es la otra novela.
Irène Nemirovsky nació en Rusia en 1903. Pertenecía a una familia judía de la alta burguesía. Cuando se produce la revolución bolchevique huye a Paris donde crece, estudia, se convierte al catolicismo y forma una familia. En 1942 es encarcelada y luego asesinada en los campos de exterminio nazi .
Este es uno de los rasgos interesantes del libro: está escrito en simultaneidad con lo que acontece. Es decir, carece de aquello que recomendaba Quiroga de “tomar distancia de los hechos”. La autora no puede hacerlo, lo está viviendo y siquiera puede imaginarse el desenlace. Sin embargo, el libro es un retrato implacable de una sociedad confundida en la que se ponen a prueba los valores éticos, prueba de la que casi nadie sale airoso.
Nemirovsky ya era una escritora consagrada cuando se produjo la invasión alemana y, dados sus antecedentes judíos, se refugia con su familia en el sur. Al igual que algunos de sus personajes, desde allí intenta continuar su vida, convencerse que no puede pasarle nada malo y que todo será transitorio. Cuando la deportan a los campos de concentración en junio de 1942, deja a sus dos hijas, de 13 y 5 años, una maleta con escritos, la que las acompañó de un refugio a otro y de un país a otro, y que tardaron décadas en abrir. Cuando lo hicieron, encontraron que se trataba de una obra casi completa. Fue publicada en 2004 e inmediatamente desencadenó un fenómeno editorial sorprendente, traduciéndose a 39 idiomas y ganando numerosos premios.
El libro tiene además, varios apéndices entre los que se destacan las “notas de autora” que Nemirovsky escribía sobre el desarrollo de la novela y que tienen especial interés para ésta, una aprendiz del oficio. Además se presentan las cartas que Irène y luego su esposo escribieron a las autoridades, a los editores, a los amigos intentando obtener la gracia de las autoridades o, al menos, información sobre el paradero y suerte de la escritora. En esas cartas, sobre todo en las del esposo, que también es asesinado en un campo de concentración unos meses después, se vislumbra la misma incredulidad de los personajes.
Muy interesante. Dos novelas en una.  

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