226. Universo frutal II

Mangostino y carambolo
Carambolo


























Diana, nuestra anfitriona en Bogotá, se ha propuesto que pruebe todas las frutas del trópico antes de irme. Por eso insisto con el punto. Cada mañana al desayuno, nos ofrece lo que encontró en el puesto. Las de hoy podrían dar lugar a personajes de historietas: mangostino y carambolo. El mangostino tiene una cáscara dura y gruesa, de color morado y por dentro una "pulpa" naranja. Parece una ciruela de madera. La "pulpa" es extremadamente amarga y no se come, salvo por equivocación como me pasó a mí. Lo que se come es un muscílago blanco que envuelve a la semilla. Poca sustancia. Apenas da para chuparla y saborearla en gotas. La caparazón de la naturaleza dispuesta a proteger una semilla con muy poco de comestible.
El carambolo por el contrario se deja comer hasta el cabito. Del color de la papaya es un fruto con cinco costillas bien marcadas que al cortarlo muestra secciones en estrellas perfectas. Dulce, un aguadito le colorea el sabor.

Granadilla y pitaya
Ayer puso en la mesa granadilla y pitaya. La granadilla es como un pomelo rosado por fuera. Y por dentro, un rosario de semillas negras envueltas en un muscílago transparente se deja comer. Algo similar a la granada pero sin el rojo interior. Y la pitaya sorprende con un camuflaje de guerra para abrirse en una papilla blanca que se retira con cucharita. Como una piña carnosa y amarilla que augura sabores fuertes pero de derrite en el calor de la boca. 

Comentarios

  1. Otra vez a corregir errores: No es mamoncillo, que tienen cáscara verde, sino mangostino. Igual parece un buen nickname para una historieta.

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  2. Como nota al margen, se dice que el carambolo sabe dulce al cortarlo transversalmente y ácido al hacerlo longitudinalmente. Lo he comprobado y alguna veces me ha funcionado y otras no.

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