180. Si el día no fluye

Buenos Aires otra vez. Pero el día no está fácil. Nada dramátco, pero nada fluye. Falta lubricante, parece. El bus llegó una hora y media más tarde y, de hecho, no llegó porque quedó estaquedo mirando Retiro y sin poder avanzar. Al menos media hora en el mismo lugar. Los pasajeros empezamos a bajar en el medio de la Av. del Libertador entre traillers y camiones. La villa 31 de Retiro, la de dos millones y medio de habitantes, hizo un piquete y tiene a toda la ciudad enquilombada.  Luego, a tomar un taxi que, con el pretexto del embotellamiento, me dio una vuelta que me salió el doble de lo habitual. Bueno, me dije, una vez en la Universidad, me siento en la Biblioteca y trabajo un poco y escribo. Tampoco. La red de FLACSO caida. Salí al barrio a buscar algún café con wifi, pero no había, y sólo tenía un billete de $100 que no me  aceptaban por un café (ya había almorzado, además). Entonces me compré un par de medias para hacer cambio, en lo de un  judío con quipá y tienda vieja vieja y buenos precios.  Y al fin encontré el café con wifi.
Todavía me quedan unas cuantas horas por estas latitudes, esperemos que los zapallos vayan encontrando su lugar en el carro.



Comentarios