93. Lunes de agua. Salamanca


Según la historia oficial, el primogénito de Isabel la Católica, Juan, era enamoradizo y murió de amor. En realidad era un mujeriego y murió de sífilis. El heredero que no llegó al trono, tenía en vilo a todas las familias salmantinas porque no daba tregua a cuanta mujer veía. ¡Y era el príncipe! Isabel, madre y reina, pensó una solución: una casa de mancebas al otro lado del río, en la cabecera del puente romano. Allí podrían "trabajar" mujeres blancas, ni viudas ni casadas y que no tuvieran familia en Salamanca, para aplacar las ansias del príncipe y templar la paciencia de los vecinos.  La casa de mancebas era regenteada por una "madama", por supuesto, pero ésta era un fraile a quien el pueblo bautizó Padre Putas y cuentan que hasta el día de hoy se lo recuerda en los disfraces y desfiles de Carnaval.
La decisión de la Reina complació, además, a los cientos de estudiantes universitarios que habitaban la ciudad. Es decir, trajo alivio social a unos cuantos círculos, así que las señoritas trabajaban con gran demanda todo el año. Bueno, todo el año no, porque no podían trabajar en Semana Santa. Al finalizar ésta, debían ir a la iglesia, asistir a misa y confesarse de forma de quedar purificadas para un año más de labor. Los estudiantes, luego de una semana de abstinencia, corrían a buscarlas a la otra orilla en botes para llevarlas a la iglesia y recomenzar el jolgorio.
El pueblo entero salía de las murallas hacia el río para ver llegar a las mancebas en los barcos. Luego del oficio religioso, iban de picnic y comían "hornazo", una especie de tarta hojaldrada con salchichón, típica de esta región. Ese día era el "lunes de agua", y se sigue festejando hasta hoy en que las familias también salen de picnic a comer "hornazo".    
Parece que la única condición que la Reina Isabel le puso a las mujeres fue que llevaran una falda terminada en picos para distinguirlas. Y hasta el día de hoy, en España cuando los hombres se van de putas, se van de "picos pardos".

Comentarios

  1. También yo escribí un relato "Lunes de agua", a mi regreso de Salamanca. Muy divertida historia, la de los hornazos. No puedo pegarlo aquí, veré cómo hago para enviártelo.

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