63. Barajas

Cuando uno escucha Barajas piensa en el aeropuerto de Madrid. Desde ultramar no se intuye, siquiera, la existencia de una villa anterior al aeropuerto. Menos aún se imagina la vida de la gente levantándose con el ruido de los aviones, yendo a trabajar en el metro que pasa por T1,T2, T3 luego de atravesar una hermosa plaza de galerías con columnas y viejos jugando a las damas.
Un pueblo atravesado por la contradicción de haber crecido al borde de la obra monumental pero ahogada por ella. 

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