7. Retomar el ritmo

¿Cómo hacer cuando el vértigo se adueña de tu vida y pasan tantas cosas y todas tan buenas, una mejor que la otra, que se atropellan, se amontonan, te asustan? 
En esa vorágine uno debe mantener el fiel, hacer equilibrio, no bandearse. La vida sigue por sus carriles habituales, uno se levanta, se baña, desayuna, revisa las noticias, sale a trabajar. Por fuera no pasa nada. Uno no evidencia nada. Es un día como cualquier otro, en tanto la panza revolotea de alegría y hasta las orejas frías aletean. Hay tanta gente a los que la vida los atropella, los enreda, los desparrama. A mí también, muchas veces. Y por eso, cuando se van cerrando círculos, los esfuerzos por los que se luchó y trabajó empiezan a rebrotar, uno se asusta porque nada más cierto que aquello de que así como lo malo acaba, lo bueno también. 

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