Nigeria: religiones y etnias




En Nigeria hay tres etnias mayoritarias que son la Hausa (21%), la Yoruba (21%) y la Igbo (20%), ubicadas al norte, suroeste y sureste del país respectivamente, entre los 250 grupos culturales que existen en los 140 millones de nigerianos. Las fronteras de Nigeria fueron establecidas por Gran Bretaña en la época de la colonia respondiendo a sus intereses comerciales y desconocen, por lo tanto, los territorios de las diferentes etnias lo que ha mantenido la unidad del país en permanente zozobra. La última gran guerra secesionista fue la de Biafra, recién lograda la independencia, e inolvidable para todos los mayores de 45 que cantamos con Rada o Joan Baez.
Si bien subsisten las tensiones entre los grupos, los conflictos tienen hoy un cariz más religioso que étnico, como lo muestra la rebelión del pasado fin de semana en el norte, zona musulmana, donde un reducido grupo armado musulmán se levantó contra el gobierno, también musulmán, reclamando la aplicación de la ley islámica en todo el país, bajo la consigna “education is sin” (la educación es pecado) lo que da una idea de la orientación de los rebeldes. Muy musulmanes los dos bandos, pero no bien atraparon a Yussuf, el líder rebelde, lo mataron sin juicio ni proceso. La escaramuza, que no duró más de cuatro días, costó al menos 300 muertos, en tanto los rebeldes no eran más de 70. Es importante aclarar que la ley islámica (sharia law) se aplica en las provincias al norte del país, donde ocurrió la revuelta, pero no en el sur, de orientación más cristiana.
El 50% de los nigerianos son musulmanes, el 40 % cristianos y el 10% restante practica las religiones nativas como el juju, muy extendido en el este, en la zona petrolera del delta del río Niger y ancestro del vudú. El Islam fue introducido a Africa Occidental a través de las vías comerciales del Sahara en el siglo XI, en tanto el cristianismo se expandió a partir del siglo XVIII cuando llegaron los misioneros europeos. Las religiones nativas, entonces, preceden a ambas y hoy han incorporado algunas de sus prácticas en ambas religiones mayoritarias.
Lagos e Ibadan son zona de cristianismo mayoritariamente, si bien se pueden ver musulmanes por las calles y existe un barrio musulmán y una enorme mezquita en el centro de Ibadan. Yendo hacia la ciudad, hay un pueblo, casi un barrio ahora, llamado Shasha que es musulmán por definición y en el que se ven los sábados a decenas de niños vestidos con el uniforme verde oscuro de la escuela islámica y las niñas con largas caperuzas que sólo dejan libre el óvalo de la cara. He visto muchas versiones de la vestimenta musulmana: desde la severa burka totalmente negra con el calado de las afganas a la altura de los ojos, al velo negro o de colores que sólo cubre el pelo; desde mujeres vestidas con camisetas de algodón con el velo en la cabeza a mujeres completamente cubiertas, cara incluida, bajo metros de gasa negra de donde no asoma ni un dedo. Pero lo más curioso que he visto en vestimenta musulmana son unas especies de capas o ponchos desde la cabeza, de estampados muy coloridos, que dejan abierto el lugar del rostro para luego taparlo totalmente, pero ¡con encajes o incluso con una especie de persianita de lentejuelas! Una versión más "producida" de la burka.
En esta región la convivencia es pacífica y los propios nigerianos señalan a Ibadan como ciudad de buena convivencia. Pero lo que es sorprendente aquí es la proliferación de iglesias cristianas de tipo protestante, lideradas por pastores que llaman a sus fieles desde enormes carteles publicitarios en las rutas y calles. La religiosidad de la gente es sobrecogedora. Aquí todo el mundo va a la iglesia (tu chorch). Cada domingo todas las familias se visten con sus mejores galas, toman sus Biblias y cu tu chorch (go to church), como dicen en ese inglés difícil difícil de entender. Los domingos es más dificultoso que lo habitual transitar por las calles porque está todo el mundo circulando: yendo o volviendo de la iglesia así que se forman grandes aglomeraciones a la puerta de los locales. Ese día las vestimentas son más lujosas que nunca, tanto hombres como mujeres llevan vestidos con telas bordadas, de piqué, brillantes o estampadas y los tocados son enormes y arriesgados. A veces se ve a toda una familia vestidos con el mismo diseño de tela. El aire es festivo y se escuchan cánticos y aleluyas.
No he visto iglesias católicas, pero en cualquier lugar, si un edificio te llama la atención seguramente sea una iglesia evangelista. En la ruta desde Lagos se ven enormes galpones, como invernáculos, avícolas o algo así de gran gran porte que son iglesias donde se dan servicios a miles de personas desde el amanecer. Dice Lizzie Williams en su guía que uno (campgrounds) a las afueras de Lagos tiene capacidad para ¡3 millones de personas! ¿Se imaginan todo Uruguay en un galpón, cantando loas al Señor, ¡Oh yea!?
Parece existir una permanente presencia de lo religioso y en las charlas con los nativos no faltan las alusiones al Señor y en las minibús de transporte colectivo, a las que no he subido, cuentan que en cualquier momento una mujer irrumpe con un himno y es seguida por todo el pasaje. Pegotines “Lord is my Shepherd” o “Jesus is the answer” son habituales en los parabrisias de los vehículos y se gastan millones en imprimir volantes y revistas anunciando un evento o publicando reflexiones o normas de vida cristianas. Joshua, el jardinero de la vecina, fue de los que un día tocó el timbre de mi casa para darme la bienvenida, entregarme la revista de su iglesia que se llama Christian Women Mirror e invitarme al servicio. Pero lo más curioso es el nombre de los comercios: God’s Will Motors; Thanks the Lord Bakery; Pray Harder Hairdessers o God be my Witness Tyre Menders. Es asombrosa la actitud religiosa de la gente hasta en el más simple de los actos cotidianos, así como también lo es su fama de corruptos y estafadores.

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