144. Deambular por Venecia





En el laberinto de Venecia una recorre muchos metros para llegar al mismo lugar. Después de puentes, campielos, sottopasaggios, escaletas y esquinas una sospecha que a esa fachada ya la vio tres veces o que la misma máscara te guiña desde la vitrina y la misma lancha espera en la misma puerta desde hace media hora. En tanto, una iglesia con un cuadro de Tiziano o la Scuola de San Rocco con las telas de Tintoretto agregan varias paradas al deambular. 
Enfrente al Café dei Frari, en la Chiesa Santa María Gloriosa, preside, desde el altar, la Asunción de la Virgen de Tiziano. De ropaje rojo bajo un cielo amarillo que la espera, la virgen se eleva por sobre los mortales. Es la iglesia donde yace el pintor y que tiene además una capilla barroca de increíble belleza y un mausoleo piramidal de mármol, construido para Tiziano pero que no llegó a utilizar. Se puede atravesar el puente di Rialto, que sobre su estructura de marmol blanco se apilan tienditas que venden artesanías y recuerdos. Durante siglos fue la única manera de cruzar el Gran Canal caminando y aún hoy, pese a los quiscos y los turistas, sigue siendo un punto de observación imperdible de veredas, atracaderos y palazzi.
Al doblar una esquina, una mujer flaca de intensos ojos negros nos invita a pasar a una iglesia pequeña: San Pantaleón guarda la tela más grande del mundo. 443 metros cuadrados que el pintor demoró 24 años en acabar, se extienden por el techo desde el altar al atrio como un fresco que no es.








Comentarios

  1. Hola, también estuve en Venecia y se me ocurrió este relato ficcionado ambientado allí. Te lo envío (no puedo) pero leelo en mi blog: http/blogspot.com/Mundosilvia.
    Me gustan tus crónicas de viajes.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario