La tarde que callaron las vuvuzelas

En el kilómetro 125 de la ruta 26, en la soledad más absoluta y bajo un chaparrón furioso me sorprendió el penal de Forlán. No se veían más que sombras entre las siluetas de mojones y árboles. Apenas sostuve el volante en el grito de gol. Un 2 a 0 que creció a 3 y devolvió la esperanza a un pueblo que saca más la bandera nacional cuando juega la celeste que en las fechas patrias.

Comentarios