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El pescador giró la cabeza cuando escuchó el auto acercándose al muelle. Era temprano. Recién habían abierto los portones del puerto. El ruido del motor que aceleraba llenó la mañana gris del domingo. El pescador vio al auto trazar una comba en el aire y estrellarse contra la superficie del agua para luego hundirse en el medio del río.

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