315. Diario de Ana Frank


Como impostergable, volví a leer el diario de Ana Frank. Ahora, con la mirada de la adultez y mis veleidades de escritora hago otra lectura que se superpone al recuerdo pero lo empalma. Revalorizo el texto de una niña de trece años en la primera mitad del siglo XX.
Y me hubiera gustado tener el libro más presente cuando estuve en la Casa de atrás. Ahora me entran las dudas y se me mezclan los espacios. Pero la magia de internet me auxilia y la visita guiada a la casa en 3D en la página del museo, me aclara cualquier duda. Y lo vuelvo a disfrutar.

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