270. Para la autoestima

"¡Qué hermosos ojos tenés!", escuché muy cerca de mi, casi en la nuca. Levanté la vista y, de curiosa, busqué alguna mujer bonita que viniera hacia mi. Volví a escuchar la voz masculina, "Me encantan tus ojos". Era para mi. Sonrío. Me han piropeado los labios, el pelo y alguna que otra parte del cuerpo menos pública, pero los ojos nunca. ¡Y mucho menos de espaldas!

Comentarios