Son tres versiones de un crimen que
van entrelazándose en esta novela que transcurre en un anónimo pueblo de la costa
española. Un chileno dueño de un camping y un bar que ha postergado sus inclinaciones literarias por un bienstar económico, un mexicano, también poeta y desarraigado, que
sobrevive como vigilante nocturno en el camping y un psicólogo catalán
metido a político. El asesinato ocurre en la pista de hielo, un lugar
prohibido, misterioso e ilegal, construido por el psicólogo para su amada
Nuria, una patinadora caprichosa que se siente atraída por el chileno Morán. Entre
medio aparecen otros personajes como la alcaldesa, el motorista o la cantante
callejera, que lejos de distraer, refuerzan la intriga y la tensión de un
relato que hasta la última página no se sabe cómo terminará. Los relatos de Remo
Morán, Gaspar Heredia y Enric Rosquelles, develan también sus anhelos y
frustraciones, lo que le permite al lector adentrarse en la trama.
Es una breve novela negra, interesante y atrapante, pero no
excelente. No he leído mucho de Bolaño, pero ésta no me vuelve aún fanática de
su literatura.
Roberto Bolaño Ávalos murió a los
50 años en 2003. Después de su muerte se ha convertido en uno de los escritores
más influyentes en lengua española. Tres de sus novelas figuran en los 15 primeros lugares de la lista confeccionada en 2007 por 81
escritores y críticos latinoamericanos y españoles con los mejores 100 libros
en lengua castellana de los últimos 25 años.
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