174. Descubriendo Orsai

Desde que leí "El pibe que arruinaba las fotos" y me consustancié con el proyecto cultural de Orsai, me hice admiradora de Casciari. Con la admiración que me provocan las personas creativas, las que se animan a ir "un poco más allá", tienen talento y hacen la diferencia.
Hace días que estoy en Buenos Aires, así que no podía dejar de ir a visitar el bar. Esperé que mi hija viniera a visitarme y nos preparamos para la salida, bromeando con que tal vez nos encontrábamos con el Gordo o con el Chiri.
Por supuesto no ocurrió nada de eso. Es sólo un lindo bar de San Telmo, con la curiosidad de que tiene un quiosquito de libros y en las puertas de los baños, cartelitos de "Parados" y "Sentadas" para indicar quienes están habilitados a usarlos, descartando, al parecer, que los hombres procedan al N°2.
Ese día actuaba una banda que se llama Falopa, que hacía música mezclada de tangos, milongas, algún malambo, hip hop y un toque de reggae. Básicamente tangos y milongas. Muy loco, muy de estas juventudes que tienen que enfrentar una vida con mucha mierda, poca esperanza, individualismo y miedo al otro. Si lo veo así, ahora pienso, es un grupo que sintetiza todo ese mundo urbano de la juventud. Yo estoy muy lejos, pero está bueno acercarse un poco para entender. Son muy buenos músicos, seis guitarras y un percusionista, más un cantante con terrible voz. Pero las letras eran horribles, entre ácidas y groseras. El cantante representaba un personaje bastante desagradable, provocador. Cuando Mariana me preguntó qué me había parecido, le contesté más o menos lo que acabo de escribir. Ella me contestó:
- Es tango. Cuando el tango empezó también chocó en las clases medias porque hablaba de lo marginal y lo prohibido en un nuevo lenguaje.

Me dejó pensando.

Comentarios

  1. Patricia Bertacchi14 de julio de 2013, 19:35

    La síntesis de las hijas a veces es fulminante y te sentis un poco en un mundo "piantao". El tango tiene su lenguaje o lunfardo pero no era grosero y también sus letras tenían un profundo contenido que vagaba por las tristezas y pasiones humanas. Así que, está bien salir con los hijos y compartir el mundo de ellos, pero que buena época la de nuestra música! Nada más lindo que bailar juntos y eso quedó demodé.

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  2. Creo que el tango fue muy removedor en su época y revulsivo para muchos. Ché papusa, oi decía en 1927:

    Milonguerita linda, papusa y breva,
    con ojos picarescos de pippermint,
    de parla afranchutada, pinta maleva
    y boca pecadora color carmín,
    engrupen tus alhajas en la milonga
    con regio faroleo brillanteril
    y al bailar esos tangos de meta y ponga
    volvés otario al vivo y al rana gil.

    Ni quiero pensar que pensaría mi abuela de ese lenguaje. Si para la clase media los términos eran groseros no sé, pero intuyo que sí. Groseros en el sentido que yo le doy a lo de Falopa (ya el nombre es desafiante): te enfrentan a un submundo con otros valores, hasta contravalores, diría.
    Y se pone peor en Pebeta de mi barrio, de 1925:
    El "mishé" que te mima con sus morlacos
    el día menos pensado se aburrirá
    y entonces como tantas flores de fango,
    irás por esas calles a mendigar...

    Y nosotros bailábamos con "Luna que se quiebra/sobre las tinieblas, de mi soledad", jaja. ¡Qué inocentes éramos!Eso sí que quedó demodé, como decís vos.

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