El último adios. Rodolfo Santullo



Publicada por Banda Ooriental luego de obtener la mención en el concurso anual de narrativa de 2010, ésta es la sexta novela de Santullo. Yo nunca había leido nada de él, aunque es calificado como uno de los autores más prolíficos de su generación. La historia está muy bien contada y se lee de un tirón. Uno tiene la sensación de lo conocido, lo cercano. Hay una reconocible atmósfera montevideana, además que muchas citas y expresiones coloquiales remiten indudablemente a la uruguayez. La historia muy sencilla tiene una resolución clara que entra dentro de los cánones del género policial: un detective es contratado para investigar a un grafitero que ataca los autos estacionados en la calle Gutiérrez, del barrio Villa Muñoz, y vinculados a un taller mecánico. Luego aparece una muerte y un posible vínculo entre el grafitero y el asesino. El detective, entonces, que nunca había enfrentado casos de estas dimensiones, pasa por una serie de eventos que le van allanando el camino hacia la solución del problema, la que le llega en un sueño, a través del cual, se retrotrae en su memoria para descubrir  al vándalo. 
El libro tiene un prólogo de Alicia Torres, con la que coincido cuando dice: “…pervive (…) la estética de la historieta: anécdotas eficaces, acción vertiginosa, figuras estilizadas tomadas de los clásicos del género policial, que si bien entretienen al lector, reducen las posibilidades de caracterización psicológica de los personajes y dejan la sensación de que ya se leyó algo parecido muchas veces”. 
Esa es la sensación que queda: que uno ha pasado un buen rato leyendo una revista de comics.

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