22. Todo está en calma

Tal vez sea el primer día, desde hace mucho mucho, que me levanto y no tengo qué hacer. La casa ordenada y limpia, los proyectos literarios redondeados y en espera, no es, aún, la hora de ir a trabajar. ¡Qué sensación tan rara! Voy a tener que ponerme alguna nueva meta.

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