188. La biblia y el calefón o los bagayeros en conflicto

Acabo de ver pasar por la ventana de mi oficina una manifestación de tres cuadras de largo, con tres camiones llenos de gente, fuegos artificiales (en Colón están baratos), música y pancartas. No era ningún carnaval ni fiesta popular. Si se los lograba escuchar por encima de los petardos y parlantes las consignas estaban llenas de palabrotas e insultos al gobierno. Los contrabandistas sanduceros reclaman al gobierno su derecho (¿?) a trabajar fuera de la ley. Exigen un carnet de bagayero o una fuente laboral que les remunere lo que dicen que ganan: casualmente justo por debajo del mínimo imponible.
Sería algo así como que los chorros reivindicaran su opción de ser chorros ("mi  familia siempre trabajó en esto", dijo uno) y reclamaran que la gente no deje cerradas las casas cuando se van de vacaciones.  ¿O estoy entendiendo mal?

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