90. Béjar y los hombres de musgo. Salamanca

 

Bejar se extiende a lo largo del Río Cuerpo de Hombre en un valle de la sierra de Béjar. Pueblo largo y angosto que alberga a unas 15 000 almas de rica historia. Antes del siglo XV hubo una época que convivieron moros, judíos y critianos pero luego, los moros fueron expulsados  y luego los judíos. El barrio de los judíos aún se recorre en la parte norte del pueblo. Actualmente son casas pobres, en mal estado de conservación, aunque se observan aún algunas particularidades en las vigas de las casas bajas. Casas construidas sobre el cimiento granítico, les brota la piedra por los talones o les sirve de espaldar. 

Cuentan que en el siglo XIII y estando Béjar en poder de los musulmanes, los cristianos recubrieron sus armaduras de musgo y así entraron a la ciudad. Los centinelas al ver aquellos hombres monstruosos exclamaron :"¡Traición! ¡Traición!" y huyeron, entregando la ciudad. La puerta por la que entraron los Hombres de Musgo se llama la Puerta de la Traición. Esta tradición se ha trasmitido en forma oral y se ha fundido con el festejo de Corpus Christi, así que todos los años en dicha procesión los hombres de musgo vuelven a aparecer. También recubren las calles de tomillo, el que queda bendecido al paso de la Virgen. La gente lo recoge y lo guarda para protegerse de las tormentas eléctricas.


En el siglo XIV el pueblo de Béjar pasó a ser un señorío personal del Duque de Béjar, quien llegó a ser el segundo en la línea nobiliaria de España. Y continuó así, como territorio independiente, hasta 1833, es decir más de 600 años.
En el Palacio ducal de Béjar, hoy sede de un colegio secundario, existe una cámara oscura que permite ver los alrededores del pueblo a través de un sistema de espejos. Los autos, caminos y árboles se acercan o alejan, en vigilancia permanente.



Comentarios